La ética profesional es una prolongación, indudablemente, de la ética general vigente, por lo cual se encuentra unida también a la conciencia moral en relación de partes a todo, lo que la vincula con el contexto moral de toda la sociedad. Las formas conductuales del profesional pueden referirse a su profesión, a la sociedad, a la humanidad, a sus colegas, a los destinatarios de sus servicios, a las instituciones en que realiza su trabajo.
Es necesario resguardar la conducta de los profesionales, para que el sistema de la Abogacía libre pueda dar en la práctica buenos frutos, es necesario una garantía esencial, impedir que se forme aquella excesiva muchedumbre de Abogados sin pleitos, los cuales, en la dura necesidad de escoger entre el honor profesional y las ganancias, con frecuencia se encuentran obligados a olvidarse del primero.
Calamadrei, que refleja una realidad ya alarmante en Italia, medio siglo atrás, cobra en nuestro país una realidad que día a día se agudiza, ante la plétora de Abogados que por centenares egresan, en cada turno de exámenes en las universidades de Bolivia, sean éstas estatales o privadas, sin la necesaria preparación ética para mantener incólume su conducta profesional.
Todo ello nos lleva a analizar que se presenta una imperiosa necesidad en resguardo de esa conducta, mediante la adecuada enseñanza de la Ética Profesional en la etapa preparatoria de la carrera y el efectivo ejercicio disciplinario durante el desarrollo de la profesión.
La impunidad de in-conducta profesional es un mal que se agrava, cuando el excesivo número de profesionales, en casi todos los foros, crea una especie de proletariado intelectual, cuyo nivel ético, por exigencias de una lucha competitiva, no siempre se mantiene en los carriles adecuados; desciende en igual proporción y aumentan los competidores, sabemos que es exagerado el número de profesionales Abogados en nuestro medio, ello nos hace pensar que puede haber un resquebrajamiento en lo que se refiere a la ética de estos profesionales; dentro de nuestras universidades ya se anuncia y se dice aquello: "Lo más difícil en la facultad de Derecho es aplazarse"
Evidentemente algunas facultades de Derecho han implementado la materia de Ética Profesional, pero habría que analizar hasta que punto llegan sus efectos. Valga la pena de que se tenga que recomendar y demostrar la preocupación, al señalar la conveniencia de que todas las universidades, sean estas públicas o privadas del país, realicen una labor de promoción de la enseñanza y de la práctica de ética.
La única forma adecuada de reprimir la inconducta profesional del Abogado es mediante el ejercicio del poder disciplinario a a través de los Colegios de Abogados que ha preocupado igualmente a los juristas bolivianos y al pueblo en general.
Fuente: Ética y Responsabilidad del Profesional Abogado en Bolivia, Autor Juan Jose Castellón Prado.
Fuente: Ética y Responsabilidad del Profesional Abogado en Bolivia, Autor Juan Jose Castellón Prado.
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