No existe un ápice de duda para sostener que el dictador Nicolás Maduro pasó a la infamia de la historia venezolana. Ahora ocupa una página en la historia mundial que retratan a las más viles dictaduras que lamentablemente aún existen, pero contra las cuales debe imponerse la libertad y la democracia como valores supremos de la sociedad civilizada. La historia ha demostrado que para derrotar a las dictaduras es necesario el uso de la fuerza como medio de coacción y que el diálogo sólo ha contribuido a la prolongación de la tiranía, tomemos el ejemplo de Cuba que somete a sus ciudadanos prohibiéndolos de derechos políticos desde hace ya 60 años de monopartidismo. La ayuda humanitaria que debía ingresar a Venezuela tenía como finalidad paliar la grave crisis que aqueja a la población cuyos bajos niveles de vida ha ocasionado el éxodo de 3,4 millones de venezolanos por la carencia de alimentos, medicinas y la galopante inflación. Los asesinatos previos al 23 de febrero en