Ya están inscritos los binomios que representan a cada partido que aspira a la presidencia de la República, pero ¿acaso en estas primarias no deberían haber más binomios que representen a cada partido? ¿No es esa la esencia de las primarias? La democratización de los partidos que facilite la participación de los militantes para representar en las generales ante una eventual victoria.
El partido MAS-IPSP que
a través de sus dos tercios logró modificar la Ley de Organizaciones Políticas 1096
en el senado, algo fuertemente criticado por uno de los consultores para la ley
como Carlos Hugo Molina, ni siquiera presenta diversidad de candidatos apostando
por un solo binomio cuya participación a la postre resultará oprobiosa para la
historia boliviana.
Vemos que prácticamente no hay tal democratización y
nuevamente se ha impuesto la batuta del líder del partido, lo cual convierte
estas primarias en inútiles e injustificadas cuyo derroche económico le costará
al erario nacional casi 27 millones de bolivianos.
Por otro lado, surge la cuestionante a los partidos de oposición ¿Era mejor no participar en estas elecciones a pesar de la clara desventaja? mi opinión es un categórico NO, por mucho que la suerte parezca estar echada y peor aún con la calamitosa división de la oposición que fragmentará el voto en las generales, es menester jugar con las reglas del juego, la participación es mil veces mejor que el inmovilismo, sobrados ejemplos nos da Venezuela de ello.
Aún queda otra fecha clave donde el OEP tendrá su última oportunidad de mostrar su ya precaria imparcialidad, que será el 8 de diciembre donde el TSE oficializará los binomios y alianzas.
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